Hace unos meses participé en los piquetes hablando con los conductores de VTA en huelga. Estos orgullosos miembros del Sindicato de Tránsito Amalgamado Local 265 habían... votó a favor de hacer huelga, pero la impresión que tuve fue que no estaban ansiosos por hacerlo.
Se sintieron obligados a hacer huelga después de que muchas de sus preocupaciones no habían sido atendidas adecuadamente. abordados durante las negociaciones del contratoHabía las peticiones habituales: salarios más altos para compensar los recientes aumentos astronómicos del costo de la vida, mantener sus beneficios médicos y el arbitraje. Pero lo más importante para ellos eran mayores estándares de seguridad. Empecé a entender por qué. Cuantos más conductores conversaba, más me daba cuenta de que a menudo sentían que su trabajo los colocaba en una zona de combate activa.
Los conductores de transporte público son algunos de los héroes anónimos de nuestras ciudades. Aquí en la Bahía Sur, muchos se levantan antes del amanecer para ir al trabajo. Para algunos, es un viaje de dos horas de ida y vuelta. Luego, durante horas más, conducen por calles congestionadas. pastoreando a miles al trabajo, colegio y a casa. Estos miles de viajeros son uno de los factores clave que hacen que los conductores regresen a su trabajo, porque sus clientes habituales comienzan a sentirse como amigos y familiares. Pero cada familia tiene un tío inestable y ahí es donde... La preocupación por la seguridad radica.
Con demasiada frecuencia, los conductores de transporte público están sujetos a... Abuso verbal, acoso e incluso agresiones violentas Hasta el punto de que muchos se ven obligados a mirar el espejo cada pocos segundos. No es paranoia, sino una forma de sobrevivir después de sufrir una evento traumático previo.
Según el Sindicato de Tránsito Amalgamado, asaltos a nivel nacional Los incidentes con conductores han aumentado en los últimos años. Los conductores con los que hablé compartieron historias de haber sido agredidos física o sexualmente, escupidos, rociados con café caliente y, en algunos casos horribles, con una pistola o un cuchillo en el cuerpo, prácticamente secuestrados con la exigencia de llevarlos a un lugar fuera de la ruta habitual.
Lamentablemente, muchos conductores ahora van a trabajar con la tranquila certeza de que podrían convertirse en el próximo titular de la prensa. Llevan uniforme, pero a diferencia de la policía o el personal de seguridad, no están armados ni capacitados para desactivar la violencia ni para responder a una crisis de salud mental. A pesar de su falta de capacitación, hacen todo lo posible para afrontar cualquier emergencia que surja durante su turno.
Como organización VTA se esfuerza por crear un ambiente de trabajo seguro Para sus empleados y pasajeros. Sin embargo, los riesgos diarios que enfrentan nuestros conductores y pasajeros del transporte público demuestran que los esfuerzos actuales, aunque loables, no son suficientes.
En un incidente reciente en San José, un hombre incurrió en actos lascivos, se exhibió a escasos centímetros de un pasajero y luego agredió al conductor antes de huir del lugar. Afortunadamente, gracias a una política de la VTA que exige cámaras de vigilancia a bordo, las denuncias ciudadanas resultaron en el arresto del agresor. Pero se puede hacer más, como imponer barreras de plexiglás obligatorias en todos los autobuses para proteger a los conductores de pasajeros agresivos. Esto por sí solo reduciría drásticamente las agresiones a los conductores, además de brindarles mayor tranquilidad mientras nos transportan por todo el condado de Santa Clara.
Cuando hablamos de hacer ciudades más habitables y equitativas, un transporte público confiable siempre es parte de la conversación. Pero el sistema no puede funcionar si sus trabajadores de primera línea están bajo asedio. Les pedimos que lleven a nuestros hijos a la escuela, a nuestros padres mayores a sus citas y a nuestros trabajadores esenciales a sus trabajos. Lo mínimo que podemos hacer es asegurarnos de que regresen a casa sanos y salvos cada noche.
Elliot Scozzola es concejal de la ciudad de Campbell y vicepresidente del Comité Asesor de Políticas de la VTA. Este artículo de opinión refleja exclusivamente su opinión personal.
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